miércoles, 25 de septiembre de 2013

POBREZA Y LIBERTAD


Los cínicos buscaban la felicidad por medio de la libertad por lo atnto buscaban la liberación  de toda preocupación por las cosas materiales, además buscaban no entirsen atados por el estado y la sociedad. Ellos buscaban hallarse libre de los deseos, del temor, de la cólera, del dolor y de las demás pasiones; de las ataduras religiosas o morales, de la autoridad de la ciudad, el estado o los funcionarios públicos; del respeto a la opinión pública así como de toda preocupación por la posesión de bienes; del confinamiento en una determinada localidad y de la respon­sabilidad de alimentar y sostener a una esposa y a unos hijos. Dentro de sus dotrina se burlaban de las costumbres y los convencionalis­mos de los demás, pero eran muy rígidos por lo que a la obser­vancia de los suyos se refería.

Los profesores Vittorio Lantemari y Bryan Wilson han escrito acerca de los movimientos religiosos de protes­ta. Bryan Wilson pro­pone una tipología apoyada en las formas de reaccionar ante el mundo cuando las religiones tradicio­nales ya no satisfacen y no permiten obtener la salvación del mal teniendo en cuenta el concepto de Dios como «el poder sobrenatural y la designación que le adjudique».

Teniendo en cuenta lo anterior, Bryan Wilson establece siete tipos según el punto de ese movimiento de reacción/ante/el mundo.

Los Conversionistas: quienes continuamente reaccionan ante el mundo, pues consideran que la maldad que existe en el mundo solo puede cambiar si cada ser humano tiene un transformación profunda que no involucra lo que piensan o sienten los demás, para los conversionistas es mas importante la parte espiritual que la razón del mundo que los rodea.

  1. Los manipulacionistas que son a quienes Dios les invita a cam­biar la forma de ver las cosas, para ellos la única forma de conseguir la salvación es descubrir los valores que se encuentran en el mundo que les rodea, pero buscando la forma para que esos valores sean solo un medio para encontrar la salvación sacándole provecho al mundo que nos rodea.

  1. Los taumatúrgicas: «Dios concederá dones especiales y realizará determinados milagros» Para ellos la salvación se obtiene mediante los milagros, la salvación no es para una comunidad sino que mágicamente y de forma individual se obtiene la benevolencia divina sobre los seres que son elegidos.

  1. Revolucionistas: «Dios le dará al mundo la vuelta» Creen en la transformación para mejorar el mundo solo se realizara mediante una acción sobrenatural que solo puede ser dada por una acción  milagrosa en la que puede existir intervención del hombre. Para ellos la salvación está dada por el cambio milagroso.

  1. Los introversionistas: «Dios nos invita al abandono» Para ellos lo más importante es huir del mundo y buscan refugiarse en una comunidad, para ellos la única salvación esta en su propia santidad y en la forma mejor de aislarse del resto de la sociedad

  1. Los reformistas: «Dios nos manda corregir» para ellos la salvación se obtiene realizando acciones que cambien la forma en que viven los hombres, para ellos existen ideas de origen sobrenatural por los cuales la humanidad puede conseguir la salvación.

  1. Los utópicos: «Dios nos manda reconstruir» Afirman la posibilidad de hallar en este mundo la salvación divina, en la cual el hombre es participe de ese cambio.

Cora Lutz dice que algunos ele­mentos de los principios cínicos y estoicos se habían confundido  con las doctrinas de los filósofos populares». El cinismo había sido fundado por Diógenes de Sínope. La palabra «cínico» significa «perro. En un principio se trataba de un término des­pectivo con el cual la sociedad y el mundo en que vivía eran despreciados y se pretendía burlar los códigos humanos de la decencia y la propiedad, los cínicos despreciaban los viernes materiales, las normas sociales y para ellos era importante el abandono del mundo y el estoicismo fue fundado por Zenón de Citio que buscaba la felicidad producida por la libertad interior y la autosuficiencia de la persona, para buscar la salvación había que buscar  el alejamiento del mundo.

Lucio Anneo Séneca, Séneca el Joven, filósofo estoico, escritor. En su calidad de tutor de Nerón, quien se contradecía entre las virtudes que predicaba y la vida llena de vicios que llevaba. Aunque era rico, influyó en él el filósofo cínico Demetrio. Séneca componía sus Epístolas morales, tratados de moral en donde se podía ver la diferencia que existe entre la teórica ausencia de pasión del estoico Séneca («tengo, pero no me importa») y la práctica ausen­cia de propiedades del cínico Demetrio «no tengo, pero no me importa». Los estoicos ante las riquezas hacían como si no las tuvieran, y los cínicos, que no tenían riquezas hacían como si las tuvieran.  Se trata de la lucha de la naturaleza contra la cultura, del cinismo contra la civilización, de Diógenes contra Dédalo.

A pesar de las múltiples dificultades que le planteaban algunos de los seguidores de esta corriente en su propia época, llega a hablar del cinismo como una rama de la filosofía que rivalizada  con las más no­bles..


EN LIBERTAD BAJO EL IMPERIO DE ZEUS

La vida de Musonio Rufo, etrusco de nacimiento, pero estoico por elec­ción, llamado «apóstol de la liber­tad moral» y «Sócrates romano» Pese a aceptar el papel tra­dicional de ambos sexos, afirmaba que «también las mujeres deberían estudiar filosofía», pues tanto mujeres como hombres poseían una misma razón, unos mismos sentidos, un mismo cuerpo, y una misma «inclinación» a la virtud, la bondad y la justicia. Pues me inclinaría a creer que todas las labores humanas constituyen una obli­gación común y son comunes a varones y mujeres, sin que ninguna de ellas le esté destinada por fuerza a nadie en exclusiva, sino que unas se adaptan más a la naturaleza de unos, y otras a la de otros: y por esa razón calificamos a unas de labores masculinas y a otras de labores femeninas. Pero en lo tocante a la virtud, cabría decir que es igualmente apropiada a la naturaleza de ambos, siempre y cuando admitamos que las virtudes no son en modo algunas más propias de unos que de otras.

Musonio Rufo decía que el filósofo es una persona de rango real, aunque no tenga súbditos que le obedecieran, Cualquiera puede ser rey y sólo quien es capaz de reinar sobre sí mismo es verdaderamente de rango real. La cuestión no estaba en el enfrentamiento del mendigo con el rey, sino en saber quién era el ver­dadero mendigo y quién el verdadero rey. Él se ponía como ejemplo del tipo de persona que sin tener nada en la vida, tenía una vida más cómoda que aquellos que tenían riqueza, con esto quería demostrar  que a través de la libertad se consigue la libertad y a su vez  conduce al rango real.

Epicteto muestra un gran interés en no con­fundir los aspectos externos del cinismo con su naturaleza interna. No obs­tante, pese a advertir de los peligros que esas apariencias puedan comportar, en ningún momento osa decir que deban abandonarse. Se limita a repetir que la pobreza interna debe engendrar la externa, y que esa pobreza externa no debe ser un mero sustituto de la interna.

Es evidente que Epicteto se dirige a un público de clase humilde, las manifestaciones externas de cuya pobreza no se diferencian mucho habitual­mente de las de los cínicos. Pero, pese a admitir de grado esas manifestacio­nes externas, recalca que lo que cuenta es el aspecto interno.

Los estoicos sostienen  que la libertad no proviene de la po­breza física, que en último término haría a la persona inaccesible al deseo y a la añoranza, sino fundamentalmente de la pobreza espiritual, que hace a la persona insensible a los ataques y a la violencia.
 Los estoicos son las que viven de acuerdo con los dictados de la razón, y se ven a sí mismos como individuos autosuficientes, capaces de disciplinar sus deseos y de permanecer totalmente indiferentes ante las situaciones de la vida. Ellos sostienen, como sus predecesores los cínicos, que la lección que se debe sacar de la vida y enseñanzas de Sócrates es que la virtud humana y la felicidad dependen no del éxito material, sino de la formación del carácter, el cual debe ser fiel a lo más propio de nuestra naturaleza: la racionalidad. Además, sostienen los estoicos, es a través de la conducta en conformidad con la naturaleza racional que la gente se une entre sí y con el universo. El significado de la exhortación socrática: "conócete a ti mismo", es claro, pues es sólo a través del conocimiento propio que la gente puede participar en la comunidad moral y cumplir con su función en el gran diseño del universo.





LA PIEL DE MIS PLANTAS POR ZAPATOS

Abraham Malherbe advierte que la combinación cinico-estoico ha contribuido a oscurecer el concepto de cínico y el de estoico. Los escritos cínicos nos suministran pruebas palpables del cinismo en el momento en que esta escuela conocía un nuevo esplendor...En época precristiana era evidente que el cinismo comportaba no solo una pos­tura teórica en el terreno filosófico, sino también una actitud práctica por lo que al vestido, la alimentación y la residencia se refiere. Esta pobreza pro­gramática y externa es la que hizo al cinismo tan reconocible a primera vis­ta y tan popular.

Lo que pretendían, como subraya Vaage, era la «autosuficiencia... liberarse del sis­tema de deseos que, en su opinión, tenía dominada a la cultura grecorromana», y practicar «la franqueza... y el descaro» como una forma de «crítica implícita o explícita de los valores típicos de la civilización grecorromana»
En la tradición cínica, el manto, la alforja y el bastón constituían una terna casi oficial. El ir descalzo es una característica que no sólo encon­tramos en el salvaje escita Anacarsis, sino también, en el lado estoico de la combinación «estoico-cínica», en Musonio Rufo.

Estos argumentos son, pragmá­ticos y, desde el punto de vista estoico, moderados, pero el resultado en cual­quier caso es siempre el mismo: ir descalzo. Una costumbre semejante se menciona en las cartas atribuidas a Sócrates, colección de siete epístolas que, como indica Malherbe.

Poco importa que hablemos de manto, alforja y bastón, o de pies descal­zos y cabellera larga, pues lo significativo no es que todos los cínicos tuvie­ran exactamente el mismo aspecto externo, sino que todos ellos tuvieran un aspecto lo suficientemente distinto de lo que eran los cánones sociales de la época para ser reconocidos como individuos decididamente diferentes.
La pobreza deliberada y anticultural del cínico no sólo significaba llevar una vida de mendigo, sino también una vida itinerante, y probablemente fue­ra este rasgo en particular lo que venía a destacar el uso del bastón.

Uno que lleva el cabello despeinado y el vestido bien ceñido, sin nadie que lo acompañe en su vagar, un hombre que se hace blanco de todas las miradas y reproches... Soy bien consciente de que la gente suele dar el nombre de cínico a quienes van vestidos como yo; y de que            para empezar, consideran que no están en su sano juicio, sino que son una caterva de locos miserables


EN EL EJÉRCITO DEL CAN


En su tesis dedicada a estudiar el ideal de apóstol activo de san Pablo, Ronald Hock concluye que las discusiones en torno a los medios de vida de los filósofos se remontan al enfrentamiento entre Sócrates y los sofistas en torno a la conveniencia de cobrar dinero por impartir sus enseñanzas. Quedémonos con estas dos últimas opciones, esto es, la de mendigar y la de trabajar, y tengamos presentes dos cosas.

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